Guarda para mí tu llanto ciego,
lo que sientes en las manos, en la boca,
tu sinestesia que todo lo toca,
el amor vivo y el día nuevo.


Guarda para mí eso que sabes
que solamente guardas para mí,
y dame todo lo que guardes,
yo no guardo nada para ti.


Dale a la noche lo que quieras,
al día lo que quieras también,
pero guarda para mí tus cosas ciegas,
llora sobre mi tu piel entera,
hay llantos que los muertos nunca ven.