El miércoles parecía miércoles.
Pedaleaba sin alegría,
como un profesional.
De repente,
la esperanza me adelantó por la izquierda.
Durante un segundo me quedé pensando
e inmediatamente la seguí.
Subimos una larga cuesta,
llaneamos un rato
y llegamos a una rotonda.
La esperanza dio la vuelta,
giró ciento ochenta grados
y desanduvo el camino.
En un momento dado,
se desvió por entre un muro y unos árboles
y desapareció.
Después la volví a ver,
a lo lejos,
difuminada por el horizonte y el mar.
Durante otro segundo me quedé pensando
e inmediatamente la perdí.
El miércoles volvió a ser lo que parecía, miércoles.
Hoy ya es viernes.
El miércoles volverá.
1 comentario:
a esperança vive dentro de ti
cega e simples
circula como um par de pedais
sem dia de semana, sem mês e sem hora.
a esperança é o que é
concreta e
agora.
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