Muero todos
los días en las palabras que escribo,
en todas aquellas
voces que me nacen de las manos,
en tantas y
tantas frases con las que me siento vivo
y mueren
ellas conmigo sin saber a dónde vamos.
Muero por la
mañana, cuando amanezco sin ecos
y nada me da
la vida no siendo la respiración,
y muero en
la tarde perdida, cuando no hallo los huecos
donde
esconder lo que escribo, donde poner la razón.
Muero porque
fin y final están entre mis palabras,
vengan de
donde vengan, de dentro o del más allá
y viven ellas en mí, naciendo con sus
abracadabras
y vivo
muriendo escribiendo palabras que nadie me da.
2 comentarios:
demasiada morte e demasiads palavras para quem respira - coisa boa.
(... a razão e os seus rodeos desgastados, que interesse tem...?)
~
o presente é a única fonte fidedigna dos ecos.
Respiro viviendo y muriendo, inevitablemente entre palabras que escribo, como estas.
La razón me interesa, no más que el presente, pero me interesa.
Los ecos son la reverberación de algo que ya no es presente.
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